MIEDO
Miedo a perderte,
a que me rechaces,
a que tus ojos no se fijen en los míos,
a que tus sueños busquen otros destinos.
Miedo a buscarte,
y no encontrarte,
a que me esquives,
y no quieras siquiera mirarme.
Miedo a que tus palabras ya no me sirvan
ni de consuelo,
ni de caricia,
y solamente me quede la agonía de un duelo.
Miedo a que entregues tu alma
a cualquier demonio que cruce tu puerta,
o pienses que no te quiero,
o pienses que no te espero.
Miedo a la soledad,
al deseo en la noche en que no estás.
Al alma silente y dolorida
que ruega de pena calmando heridas.
Miedo a que ya no me recuerdes
ni en broma,
ni enserio
y no quieras saber más nada conmigo...
En realidad es miedo a ti mismo, porque no crees que tu sola presencia sea suficiente para retenerlo. Huye de tu miedo y el resto vendrá solo.
ResponderEliminarUn beso (sin miedo)
yo me he sentido identificada con ese poema... Al menos en mi caso, ese temor constante de que me aparte de su vida por completo, a que se vaya con otras y eso borre las ínfimas posibilidades que me queden... Es la magnífica sensación cada vez que hablamos y nos llevamos bien, frente a la frustración de acordarme, inmediatamente después, de que yo no le intereso...
ResponderEliminarY aunque intente evitar todo ese miedo y esa tensión, y sobretodo, rechazar esas ganas de verle y de acercarme a él... Cada vez que aparece su mirada trae con él ese miedo y esa atracción, ambas totalmente irracionales.
No sé si la historia del poema se acerca a la mía o no, pero me he sentido bastante identificada al leerlo... Es un gran post :)