EL CLUB DE LOS SOÑADORES

sábado, 6 de marzo de 2010

LA ESTRELLA QUE MÁS BRILLABA EN MI CIELO

Acabo de levantarme puesto que anoche salí y, como nunca, hoy dormí hasta casi las tres de la tarde... Fue una salida de amigos y compañeros de trabajo como hacía tiempo no teníamos...
En mitad de la noche de fiesta recibí una llamada de Cheyro, quien me dijo que estaba en Mar del Plata, que había vuelto hacía unas horas y que se encontraba en un boliche cercano... Obviamente, abandoné a mis otros amigos y corrí hacia donde estaba Cheyro, que para mi sorpresa no se hallaba solo, todo lo contrario estaba acompañado de un séquito de estúpidos y mercanchifles... En realidad, no sé porque me extrañó, si esa es la gente con la que suele andar Cheyro la mayor cantidad de veces...
Me presentó a la chica con la que estaba... una tal Swazia o Swencia (no tengo la menor idea de cómo se pronuncia y/o se escribe) que había conocido en sus aventuras por Palermo Soho, que era eslovaca (Cheyro adora tener relaciones inter, multi y transculturales... desde que una árabe lo había enloquecido cuando viajó a Irak de vacaciones hace dos años) y estaba casada con un importante empresario europeo que había venido al país a cerrar un negocio. Parece ser que la extranjera se había olvidado al marido en Buenos Aires y enceguecida por el resplandor que emana Cheyro lo siguió hasta Mar del Plata, así son las relaciones emocionales de Cheyro!!! jeje.
Bueno, pero el eje de la historia es que en el "sequito de idiotas" que alababan y abanicaban con hojas de palmeras del Caribe a Cheyro estaba Benjamín...
De pronto casi por casualidad, nuestras miradas se encontraron y el mundo se detuvo (al menos para mí), por unos instantes dejó de girar y todas las personas que estaban presentes desaparecieron (metafóricamente hablando, porque seguían chocándome o pisándome o empujándome)...
Otra vez aparecía Benjamín, con sus silencios, con su forma de ser "especial", con toda su indiferencia... pero con esa mirada profunda que contradice todos sus actos y sus palabras...
Había hecho un esfuerzo descomunal y realmente sentía que me había olvidado completamente de él, pero una cosa es decirlo durante los 3 meses en que no tuvimos ni un sólo contacto y otra muy distinta es cuando lo tengo enfrente, cara a cara... Como es común en mí no supe qué decir (y cuando no sé que decir lamentablemente digo estupideces de las que luego me arrepiento), no supe si saludarlo o no, simplemente lo miraba y él hacía lo mismo con esos ojos de perro guacho que tiene...
Cobré valor (suplicándole al santo de las causas imposibles, al de los amores olvidados y a cualquiera que anduviera por el bar en esa noche), me acerqué (mi abdomen estaba por incendiarse producto de la enorme cantidad de Adrenalina que segregaban mis glándulas) y le dije hola, le pregunté cómo estaba y él me respondió monosilábicamente: "hola", bien", "vos?" (por lo menos devolvió la pregunta jeje)... Luego, bueno se acabaron las palabras y las preguntas... y quedé prisionero de su mirada, porque Benjamín apenas habla pero mira de una manera que me confunde absolutamente y que deja todo mi mundo patas para arriba... y cómo estaba transpirando de los nervios y no sabía que decir o qué hacer y no podíamos sostener esas miradas sin llamar la atención de todos... Le dije: "Bueno, chau... llamame o mandame un mensaje algún dia de estos y vemos si hacemos algo" (sabiendo que nunca me va a llamar ni mandar un mísero mensaje de texto jejeje), un beso en la mejilla y me esfumé entre la gente...
¡Otra vez sopa! Volví a pensar en él (cuando creía que lo había sacado de mi cabeza absolutamente) a sentir eso tan extraño que me ocurre solamente con él... cada vez que lo veo (sea un minuto o 100) o cuando está cerca es como que me "idiotizo", como si perdiera el control de mis acciones voluntarias...
Y pensar que hubo un tiempo en que ¿fue? la estrella que más brillaba en mi cielo...

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